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Metal reciclado a nuevo

Slick, la banda que en el 2000 despuntaba como promesa local de ñu metal, iba a volver para una fecha. Y fue reunión permanente.

Para referirse a Slick hay que hacer un poco de historia y remontar el carretel hasta el entero y todavía convertible año 2000. Fue entonces que a Luciano Sincich y Enzo Piatti se animaron a canalizar en una banda propia la admiración que sentían por Limp Bizkit, Körn y System of a Down. El resultado fue Slick, que pasó por alto la posibilidad de refugiarse en los covers y fue a lo difícil: componer.

Un nombre que empezaba a ser escuchado frecuentemente, más un demo de cuatro canciones que daba vueltas, aunque no en forma de disco editado formalmente, no pudieron impedir que seis años más tarde, y ya con el uno a uno como amargo recuerdo, la agrupación, una de las pocas que se había inclinado por el ñu metal, se disolviera.

"Hubo algunos temas que nos superaron. Cuestiones laborales principalmente, pero además Luciano estaba tocando mucho más con Plus, su otra banda, y nosotros ensayábamos cada vez más pero no conseguíamos fecha. Creo que en un punto nos estancamos ahí, y el desánimo hizo que decidiéramos parar", relata Piatti, con la grabación de Vivo en Vos ya consumada.

Pero la música es más fuerte, y este año los caminos de los integrantes de Slick volvieron a juntarse, otra vez con Rafa García Trigueros en bajo y el debut de Diego Retamar en batería. Por cómo se dieron las cosas, parece que el regreso los encontró a ellos, y no al revés. Así lo explica el guitarrista y compositor de la música de todo lo que suena en Slick.

"Planeamos una fecha sola, la del 9 de abril en Abasto 44. Era más que nada para sacarnos las ganas de subir y volver a tocar juntos, casi te diría por una cuestión nostálgica. Pasó que empezamos a agitar esa tocada puntual, y vimos que surgieron otras fechas, invitaciones de otras bandas, incluso para tocar en el interior...así que se dio naturalmente: ‘ya que está saliendo todo bien, le demos para adelante' pensamos. Tocar es lo que queremos hacer".

En situación de sala de ensayo, la sorpresa fue comprobar que la química todavía estaba ahí. "Nos juntamos y vimos que nos entendíamos igual, al punto de que empezamos a componer, algo que no estaba para nada previsto. Ahí decidimos que la reunión sea permanente", señala Piatti.

Los proyectos a futuro no son descabellados, pero incluyen la intención de grabar el disco que nunca tuvo Slick, incorporando las influencias que decantaron en sus integrantes durante el lustro de ausencia. "Pasan muchas cosas en ese tiempo, y cambia lo que escuchás. No creo que las canciones nuevas suenen parecidas a las de entonces. Por una cuestión de madurez también, creo que no podríamos ser lo mismo que entonces", dice el músico, que además marca la necesidad de componer un repertorio distinto al que visitaban a principios de siglo.

-¿Qué cambió en cinco años en la escena cordobesa?
-Muchas cosas. Se formaron bandas nuevas y hay mucha influencia de bandas de afuera. Los chicos de ahora están más influenciados por el metal core y asuntos bastante más pesados que el ñu metal. Hoy es raro ver una banda de ñu metal como fuimos nosotros, hay riffs mucho más thrash...nos sorprendimos del nivel de composición y de los músicos de las bandas nuevas.

-¿Y en el público?
-La gente se abrió bastante, eso es buenísimo. Ya no están los metaleros cabeza de la década de 1980, ahora todo el mundo escucha de todo con atención. Ahora veo gente que disfruta de un show independientemente del estilo.

FUENTE : La voz del Interior / Suplemento VOS

Pablo Leites

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