"EL ROCK INTERIOR" / Crónica de Show por Beatríz Carbel
El pasado sábado 16 de Julio viajamos a Villa María para acompañar la vuelta de Eruca Sativa a nuestros pagos cordobeses. Cronometrados los relojes, toda la producción arribó a Mundo Bar casi en simultáneo para disponer toda la técnica y compartir una noche de rock, amigos y fogones imaginarios.
El pasado sábado 16 de Julio viajamos a Villa María para acompañar la vuelta de Eruca Sativa a nuestros pagos cordobeses. Cronometrados los relojes, toda la producción arribó a Mundo Bar casi en simultáneo para disponer toda la técnica y compartir una noche de rock, amigos y fogones imaginarios.
Una noche llena de invitados variados fue la excusa para el viaje. Además del equipo erucatense, se presentaron Adonde (Villa María), La Reina (Córdoba) e Ithem (Bs As).
Todo listo y dispuesto, todos comidos y la selección fuera del mundial. Volviendo al local nos esperaban los clubs de fans de Eruca Sativa que habían viajado desde Córdoba, Laguna Larga y Buenos Aires, entre otros lugares. Chicos que se arrodillaban, gritaban, corrían, inflaban piñatas y globos. Arribaron temprano sólo para pasar esos momentos con sus ídolos, momentos que Brenda Martin (bajista) les regaló tocando con sus fans temas de Divididos a Pink Floyd, entre globos con mensajes de amor y cámaras intrusas. Parte de La Reina se sumó y las criollas rasgaron un rato: “Esto no es Brenda, esto es un fogón”, dijo Brenda. Tal vez los desprevenidos nos sorprendimos y alguno se asustó en la corrida, pero Brenda y Lula Bertoldi (guitarrista) parecieron cómodas en esta figura de rockstar que -confiesen- todas las bandas de Córdoba quisieran ocupar.
Con todos los amigos adentro, rompió el hielo La Reina (Cba) con “Infierno en Gestación”. Mientras las canciones avanzaban, la gente se acercaba respetuosa a escuchar esta nueva etapa de una banda con 16 años de trayectoria. Pol Escuti y la familia que integra La Reina nos regalaron un poco de pop rock bien variado. Primero temas con tintes ochentosos y de pronto apareció una introducción de cumbia que todos miramos con duda, pero “Formas” se transformó en un reggae y su sonido más moderno mostró una relectura de la banda. En la despedida, rindieron homenaje a un superhéroe con “No se Olviden de Robin” y el público se sorprendió y coreó con “Génesis” de Vox Dei. Destaco una comunión de generaciones en sus integrantes y un guitarrista virtuoso con toda una carrera por delante.
Siguieron los Ithem (Bs As) en su primera visita por la tierra del fernet. Mostraron un acting destacable, un shock de distorción con un set corto que prácticamente no paró en ningún momento. Con algunos problemas de sonido en semejante descarga de adrenalina, los chicos dejaron la vida en el escenario sin perder la prolijidad instrumental. Nos despabilaron con una introducción potente, para abrir con “Si sientes lo mismo”, corte y video de su primer disco “Fragmentos de un Desencuentro”. También mostraron algunos temas nuevos y dos covers interpretados al estilo de Ithem: “Belive in Miracles” (Ramones) y “The Love Song” (The Cure). Por supuesto, el cierre fue para “El Gran Final” con todos los instrumentos rugiendo hasta bajar del escenario. Pop oscuro y fuerte, o new metal bien moderno, sí, ese que no necesita del doble bombo permanente para hacernos saltar. Letras existenciale, decepciones y esperenzas.
Llegó el turno de los locales de Adonde (Villa María) cuando Mundo estallaba de gente sedienta de música. Músicos incatalogables compartieron canciones de su primer disco “Demasiadas Madrugadas” y algunos temas nuevos. Con máquinas, teclas y guitarras sorprende la plasticidad de esta banda que ofrece un pop indie lleno de detalles en sus texturas, cambios de ritmo permanentes, sensibilidad y humildad. Dos voces cargaron un camión de ideas y experimentos para emocionarnos en un viaje al interior del interior.
Cerraron con una una versión de “Limite” para el recuerdo, un extenso transe de rock: una zapada que transitó por el virtuosismo de Gabriel Pedernera en batería, el groove de Brenda Martin en el bajo, la experimentación de Lula Bertoldi en la guitarra y el rap en su voz.
Tuve la oportunidad de ver esta banda en diferentes escenarios de Córdoba Capital, con grandes equipos de sonido y luces, camarines con invitados de lujo y pantallas gigantes. En esta ocasión Eruca Sativa mostró toda su potencia en su música, pidiendo permiso entre el público para entrar al escenario y con el propio público como invitado al micrófono .
Cuatro bandas dejaron todo en Villa María y las doscientas personas que estuvimos fuimos cómplices de esa invaluable entrega. Gracias a todos los músicos por el mejor regalo del día del amigo.
por Beatriz Carbel
0 comentarios:
Publicar un comentario
Comenta la nota si te gustó o no, esperamos tu opinión!